BETULA ALBA A TRAVÉS DE LOS OJOS DE LA SRA. CARMEN IBOR.

La Sra. Carmen reside en nuestro centro desde hace cuatro años.

Nacida en Huesca, maestra de profesión y vocación, ha dedicado su vida a transmitir valores a sus alumnos más allá del temario escolar.

Siempre activa en los eventos del centro, desde su discreción, ha ido elaborando un retrato de lo que representan para ella los profesionales de Betula Alba en un escrito de su puño y letra.

Unas palabras tan especiales no queríamos dejar de compartirlas con vosotros.

dos

Me divierte exponer el concepto que yo tengo de las personas más cercanas que cada día me encuentro.

Es Gema, enfermera sin igual,

bien plantada y ante todo servicial.

A Cristina que no la toquen cumplidora hasta el final,

esa carita tan guapa, con aspecto angelical.

También tenemos a Laura Farré,

que le pone voluntad y eso suma más.

Que diré yo de Rosa, mujer preparada para educar

¡y que bien lo hace todo!. Organiza, te pregunta y te hace respirar.

Ahí está mi sobrina. Muy alegre, caprichosa,

pero cuidado con ella, que debido a su trabajo, te hace cumplir lo que dice en menos que canta un gallo. Ahora que tiene dos hijos, yo que voy a decir, si solo pensar en ellos, soy la tía más feliz.

Laura, nuestra asistenta social,

que con buena voluntad, siempre suma para bien de los demás.

Bonita boda tuviste ya la podemos nombrar, más de cuatro presumieron de tacones, buen escote y ¡¡de muchas cosas más!!

Alicia la de talleres de aficiones y buenas labores.

Y Manel, que comento; es el alma de Betula no nos vamos a engañar.

Él recita, representa, sube y baja viene y va, todo con buen carácter que infunde tranquilidad.

Gemma Pedrós, la que prepara bonitos comedores, es una chica estilosa, con muy buenos modales.

Las gerocultores, las que nos cuidan.

Ellas sí que nos conocen, pendientes durante el día, tarde y también por la noche.

¿Qué no nombro a Don Ramon?.

Es que me causa respeto, que si de atención se trata,

lo hubiera puesto primero.

Bien aprendió la lección de Cajal, el de mi tierra,

que sólo con saludarte,

una ya se cura a la primera.

Y su señora, Doña Cristina,

que es la que lleva el timón,

sacándonos a buen puerto

en esta gran embarcación.

No quiero olvidarme del que nos hace la gimnasia,

las recepcionistas, las chicas de la furgoneta,

el mossen, las peluqueras, los fisios , esteticienes,

las que nos lavan la ropa, la que nos hace la dieta,

cocineros, cocineras, camareros, camareras

el jardinero y el chico de mantenimiento.

A todos los que he nombrado, a los que no,

a los que nos quieren a nosotros  “vuestros” yayos,

que somos preguntones, a veces un poco impertinentes, averiados,

pero que sólo pedimos cariño, que nos quieran a raudales..

Nosotros a vivir tranquilos, ya llegará el momento… que del Betula al cielo.

 Carmen Ibor

Sra. Carmen, ¡así da gusto trabajar!

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