COMO CUIDAR EL ALMA EN LA VEJEZ

A diferencia de lo que mucha gente cree, la vejez es la etapa más importante de la vida. Es el momento en el que la persona ha de plantearse que hacer en la última etapa de su vida; es tiempo para cerrar etapas pasadas, tiempo para buscar nuevos retos, retos diferentes.

No nos engañemos, cuando nos hacemos mayores no somos tan ágiles, bellos, ni estamos llenos de salud, en una palabra, hemos dejado atrás nuestra juventud y por tanto, tratar de mejorar nuestro estado de ánimo en esta situación, nos resulta más pesado de lo que creíamos. Pero esta mejora es posible.

Tratar de ser felices, es un objetivo prioritario. Y más importante aún, debemos pensar que lo somos. No hemos de caer en el error de pretender ser felices siempre o todo el día; la felicidad está formada de pequeños momentos. Por lo tanto, si en acabar el día, tenemos la sensación de haber sido felices diez segundos, quiere decir que hemos conseguido el objetivo.

Existe una correlación entre tratar de ser felices y el pensamiento positivo. Hay que tratar de positivar el pensamiento, tratar de sacar provecho de aquello que nos beneficia y ver que podemos aprender de los hechos, acciones o situaciones negativas que se nos presentan.

La autocompasión y la reclusión voluntaria son autodestructivas y nada provechosas.

¿Qué otras pautas pueden ser beneficiosas? la sociabilidad o la relación con los otros.

Con el tiempo vamos perdiendo facultades. La falta de memoria o la movilidad física reducida dificultan la motivación por mejorar y, incluso, mantener capacidades y conocimientos adquiridos a lo largo de los años. Se tiene que romper el mito de que en la tercera edad está todo perdido.

Aún estamos a tiempo de cuidarnos, mejor dicho, ahora es el momento de cuidarnos, ya que durante los años laborales nos hemos abandonado totalmente, dejándonos llevar por las delirantes urgencias de la vida moderna.

¿Es posible, entonces, un estado de ánimo óptimo cuando nos hacemos mayores? rotundamente sí. La teoría la sabemos. Ahora solo depende de uno mismo ponerla en práctica.